Parándome a pensar en ti, llego con certeza a afirmar que a día de hoy, doy por seguro tenerte y con ello, la posibilidad de poder contar contigo en cada instante de mi vida; dando por supuesto la infinidad de tu existencia.
No creo que nada de esto sea mentira. Pero sí recuerdo un tiempo, en el que únicamente contaba con la seguridad de quererte; no sabía ni cómo, ni por cuánto, ni mucho menos por qué; aunque era maravilloso buscarte las cosquillas, encontrar tu punto débil desde el que sacarte el mayor número de sonrisas y robarte mil besos, sabiendo en secreto que me conformaría solo con medio; guardando bajo llave cualquier palabra tonta que fuera capaz de dar la vuelta a mi vida y me hiciera sentir el rey del mundo, o sencillamente, importante en el tuyo.
Me acuerdo de todo aquello y no puedo evitar sentirlo tan pobre teniéndote tan cerca ahora. No quiero acabar como el tiempo, que deja al margen lo pasado, para centrarse solo en lo que queda por venir.
Fuiste y serás la mayor meta a conseguir, la máxima expresión de sentir y existir y la preocupación que mas importancia cobró en mí. No había te quieros ni besos de vuelta, solo ganas de que me quisieras y fueras para mí, sin dejar de conseguirte un poco más a cada paso. Deseando que llegara el día en el que nos dejásemos de prejuicios y nos lanzáramos como fieras a por nuestros labios.
Doy gracias porque hayan acabado los días tras tu espalda para pasar a verme en este punto. Aun así, no puedo conformarme solo con haber llegado hasta aquí sin recordar qué me llevó a necesitarte de esta manera.
Te he querido durante mucho tiempo, te he pensado, me he equivocado y he arriesgado. No quiero acostumbrarme, ni tenerte porque sí, solo quiero amarte y seguir encontrándote entre la multitud, descansar en tus brazos y sentir con satisfacción todo lo conseguido, ver como los sueños son cada vez más reales y como la realidad se parece cada vez más a un sueño.
Quiero descubrirte, leerte cada día y valorar el tiempo que paso a tu lado, porque igual que antes luchaba por tenerte, ahora solo quiero, con la seguridad de tener algo por lo que morir, vivir.
No quiero tu nombre, quiero tus días e ir haciéndome a medida que nos hace la vida; quiero disfrutar de cada beso como si fuera el último y de cada sonrisa que regalas. Te quiero porque amo la manera que tienes para ser feliz.
Nunca serás un objetivo para mi sino una forma de vivir.
Ella es un terremoto que, dándole la vuelta a los días, ordena cualquier caos; es el rayo de luz que necesita la vida y la luna que ilumina la oscuridad de las noches; ella son los ojos donde mirarse cuando no sabes dónde encontrarte y el culo más bonito donde fijar la vista; ella es música y sus palabras, la canción que todos buscan. Ella es paz y guerra, tregua y alevosía. Ella es una gata de mil y no de siete vidas, y el león mas fiero de toda la ciudad; ella es calor cuando hace frío y cordura en la locura, la soga que te ahoga y a la que te aferras para no caer; ella es las cuatro patas de la cama y la pieza mas importante entre las sábanas; ella es los siete pecados capitales y el cielo para los ateos, sus dedos dibujan en las espaldas y en sus labios muere la inocencia para volver a nacer.
Ella es la cura de cualquier mal, el desnudo más polémico de la historia y la fotografía más buscada. Ella es lluvia en los cristales, el arco iris que hace que todo vuelva a ir bien y el aire que te llena los pulmones; ella es el libro que no acaba y siempre te deja con ganas de más y más. Ella es el punto y final mejor colocado y la coma que mejor sabe separar.
Es el cielo con todas y cada una de las estrellas; la incógnita y la respuesta; la puta x de todos los problemas, la última uva de las campanadas, y deseo cuando alcanzas una estrella fugaz; ella es querer algo mejor y valorar lo que tienes. Ella es orgasmo, llegar al clímax y el punto más alto de la tierra.
Ella es tiempo y letargo, el camino que seguir y por el que perderse; ella es el significado que desconoces y el término que comprende toda razón. Ella es la falda que se levanta y las calles de Madrid; ella es olor a nuevo y la seguridad de lo conocido, las flores en primavera y la última hoja del otoño.
Ella es el tren que solo pasa una vez y el que vuelve a pasar dándote una segunda oportunidad; ella es el mar y el sonido del oleaje, ella es silencio y a la par, ruido. Ella es un beso en el momento preciso, otro que te enseña y el beso que se pierde. Ella es lugar y hogar. Ella es vida, y es mía.
miércoles, enero 14
Me auto doy la bienvenida en este paraíso de letras, en el cual espero ser capaz de compartir y transmitirme de la mejor forma posible.
Sinceramente, tengo mil palabras que regalar por cada segundo que te pienso.
Llenas mi cabeza de pájaros que se mueren por salir y cantarte suavemente al oído.
Confío en mi para ser el mejor reflejo de lo que solo con besos sabría decirte; confío en ti para ser la mejor inspiración y respiración de mi vida.
