Dime tú, de que está hecha la tinta con la que escribes,
de qué sabor son tus sueños y el olor de la felicidad.
Dime tú, cuándo decidiste vencer la partida al tiempo,
vivir en contra del movimiento y romper con el determinismo social.
Dime tú, cuántos de tus años en vida llevas realmente vividos
y cuántos de tus días pasaron convertidos en eternidad.
Dime tú, cuál fue la última flor que recogiste y cual la primera en pisar.
Dime tú, en qué ocasión pasaste de organizarte en base al respeto y los bienes comunes a tener que
elegir personas disfrazadas de partidos políticos que afirman, sin saber, conocer la mejor manera de vivir.
Dime tú, en que momento dejaste de ver el futuro en el presente para confiarte
a un tiempo irreal que traiga consigo todo cuánto quieres y te falta.
Dime tu, de dónde sacas todas las palabras de las que te arrepientes y dónde se esconden
las que hacen falta.
Ahora, dime cuánto más ha de pasar para volver a amar, para no volver a olvidar
que somos nosotros quién hace real la realidad. Sin nada que esperar, sin nada que dejar pasar.
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